La nave comenzó a moverse rápidamente hacia nuestro destino pero aunque quisiera no hacerlo eramos la última esperanza de los reinos. No dejaba de pensar todo lo horrible que sucedería si no ganábamos esta batalla, todos los que queríamos y amábamos colgarían de un hilo que solamente nosotros podíamos manipular para que no fuera cortado. Finalmente, estábamos frente al gran castillo.
Rosalina: *suspiro* A partir de ahora tenemos que tener cuidado, no quiero perder a ninguno de los dos
Pikachu: ¡Pikapi! *baja de la nave*
Destello: No te preocupes mamá, estaremos bien *baja* ¡Pase lo que pase nos quedaremos a tu lado!
Rosalina: bien, entonces si están listos... ¡Salvemos a nuestros amigos!
Después de decir estas palabras, la gran puerta se abrió instantáneamente. El aire chocaba con nuestros rostros, nos llenamos de determinación y entramos a la fortaleza.
